En muchas ocasiones nuestra visión personal y particular de las cosas puede hacer que no nos fijemos en detalles como estos. Pero al final, a todos nos ha afectado alguna vez. Por ejemplo, más de una vez he acompañado a una amiga a tal sitio porque tenía una percepción de peligro de aquel camino a ciertas horas, ó alguna vez he ayudado a un ciego a cruzar una calle. Es trabajo nuestro evitar que estas cosas sucedan. Con nuestros diseños, las ciudades pueden ser más equitativas o más discriminatorias. Temas como la iluminación, la accesibilidad, la visibilidad de un espacio etc. pueden cambiar de manera determinante la percepción de un espacio.
Me vienen a la cabeza un par de ejemplos de mejoras hechas en Vitoria-Gasteiz para resolver problemas de este tipo. En primer lugar, por la escala de la intervención que supuso, están las rampas mecánicas instaladas hace algunos años en el casco viejo. Por su situación topográfica y sus empinadas cuestas, el casco antiguo de Vitoria resultaba un barrio inaccesible para gente en silla de ruedas. Para resolverlo, y como parte de un plan más general de mejora (que expliqué en un comentario anterior), se instalaron las ya mencionadas rampas mecánicas. Otro caso es, por ejemplo, que en la gran mayoría de semáforos para peatones de la ciudad existe un aparato sonoro que indica el paso a los ciegos; del mismo modo que en los cruces o en las paradas de los autobuses el pavimento cambia como indicativo para los invidentes.
Podríamos considerar también que el hecho de alternar juegos para niños con elementos para adultos o ancianos en el mobiliario urbano es una manera de equilibrar los servicios que ofrece la ciudad a sus diferentes habitantes. En algunos casos, especialmente en algunos parques, se ha sido incapaz de solucionar el problema de la inseguridad. Para evitarla, sencillamente se han dispuesto más patrullas de policías municipales paseando por allí en las primeras horas de la noche.
Es decir, la ciudad está llena de pequeños detalles que la hacen discriminatoria para ciertos colectivos, y que no siempre son percibidos así por los demás. Por ello es fundamental la atención del técnico a la hora de configurar nuestros barrios. Los polígonos son a lo mejor, y por eso Ciudad Meridiana y Torre Baró eran buenos lugares para explicarlo, los barrios donde más se hacen notar estas cosas. El deseo de edificar nuevos barrios para obreros de manera rápida y económica hizo descuidar múltiples de estos detalles. Ésta, entre otras, es la razón por la que estos barrios suelen ser percibidos como de los más inseguros de las ciudades. Además, la falta de servicios y equipamientos, así como la ausencia de tratamiento del espacio público, los convierten en los barrios menos atractivos.
Para finalizar, es necesario replantearse estos aspectos y tratar de mirar las cosas con otra perspectiva, una que no es la nuestra, generalmente la de las minorías. De este modo conseguiremos construir ciudades más justas y agradables para todo el mundo.