Visitar la Ciutat Meridiana es enfrentarse con algunas de las mayores posibilidades y limitaciones de las ciudades modernas. Si es cierto que se ha respondido a las necesidades de vivienda de una forma rápida y económica también es cierto que la topografía particular del lugar deja al desnudo todas las contradicciones en la conformación de los espacios vacíos (públicos y privados) que van sobrando. Esta particularidad da aún más valor al trabajo que desarrolla el Col.lectiu Punt 6 en el intento de comprender las necesidades de la población y dotar la ciudad de medios que le permitan una vida social más rica y segura.
En Porto también nascieron varios barrios sociales en el decenio de 1960 y, principalmente, 1970 (década del fin de la dictadura y del regreso de muchos portugueses que vivían en las colonias que, mientras tanto, se independizaran). Fueron barrios construidos para la clase obrera que poco a poco se fueron marginando (o siendo marginados) de la estructura urbana y social de la ciudad, transformándose en lugares de crimen y drogadicción mediatizados por los medios de comunicación.
Un caso particular de este fenómeno se queda en Maia (ciudad periférica con cerca de 150000 habitantes) y fue construido en la década de 1970. El “Bairro do Sobreiro” tiene la particularidad de haber sido construido en el corazón de la ciudad y, por lo tanto, el valor de la tierra ha aumentado muy rápidamente. Ante eso, el Ayuntamiento decidió que la opción más rentable no sería mejorar el barrio (dotándolo de equipamientos y dispositivos urbanos) pero demolerlo y construir un nuevo parque urbano (con un centro de deportes, oficinas y servicios) de la autoría del arquitecto Eduardo Souto De Moura. Las torres están siendo demolidas y los habitantes siendo "dispersos" por la nueva periferia de la ciudad, un proceso contencioso y muy polémico.
