dimecres, 23 de març del 2011

Barcelona presume de tener tan cerca un parque como Collserola. Este parque para la ciudad es un buen apoyo, pero como parque natural evitar la reseña visual de que la ciudad esta cerca persigue a uno durante todo el camino. Por la explicación recibida en el punto de partida del recorrido, sé que no visitamos las partes mas vírgenes del parque y al no conocerlos mi comentario se dirige a la zona caminada. En todo momento me venia a la cabeza un símil extraño. Me venia a la cabeza la ciudad Maya de Tikal. En dicha ciudad, actualmente la naturaleza a invadido todo y al subir a lo alto de una pirámide se observa un bosque extenso solo interrumpido por la punta del resto de las pirámides que se divisan. En aquella situación la sensación es muy bonita, ya que en medio del bosque sobresalen pirámides. En cambio en Collserola la sensación es como antes lo mencionaba un recordatorio que Barcelona no esta lejos.