Se puede decir que el año de 1957 y la llegada de Carlos Ramos a la dirección de la Escuela Superior de Bellas Artes de Porto marcan un punto de cambio del método de enseñanza de la escuela, construyendo una identidad reconocible hasta nuestros días. Este método que intentaba construir una relación de compromiso entre el “estilo internacional”, la crítica al moderno y, sobretodo, el estudio de la arquitectura tradicional portuguesa, intentando acercarse de la realidad y del patrimonio arquitectónico e social del país, siempre intentó construir una visión muy particular de lo que debería ser la arquitectura contemporánea portuguesa. Esta visión orientó la llegada del movimiento moderno a la ciudad (tardía y ya en su fase de revisión crítica) a través de edificios particulares de la autoría de Cassiano Barbosa y Arménio Losa y, poco más tarde, a través del plano para la construcción delbarrio de Ramalde de la autoría de Fernando Távora.
Testimonio de la afirmación del funcionalismo en el planeamiento urbanístico de la ciudad, el barrio de Ramalde (1952-56) materializa ya muchos de los principios de los arquitectos portuenses de la época, alertando para la gran diferencia entre “casas baratas” y “casas económicas” y entrando en ruptura con la visión de las autoridades del régimen vigente. En el plano, Távora reflexiona sobre los principios de la carta de Atenas intentando comprender los aspectos que, efectivamente, podrían mejorar la vida de los portuenses sin destruir la autenticidad de su tradición. “Sol, espacio y arboles” fueron una preocupación constante en el proyecto orientando conceptos modernos como el zonamiento funcional, la unidad de vecindad o la normalización y prefabricación de los elementos constructivos. Fue pensado un eje central peatonal, alejado del tráfico automóvil, que conectaba las casas, el parque y el centro comercial y estructuraba la jerarquía viaria. Los edificios, bloques paralelos separados por espacios de jardín, buscaban la mejor orientación (este-oeste), creando un tejido totalmente independiente de la red existente. En el proceso de construcción Tavora sólo pudo hacer una parte del parcelario y el parque y los edificios públicos no se realizaron.