dissabte, 4 de juny del 2011

Eixample

El Eixample de Barcelona es uno de los mejores ejemplos de una ciudad que supo crecer por medio de un plano rigoroso y abstracto, generando un equilibrio entre una estructura pensada en el siglo XIX y el cambio de gustos, ambiciones y necesidades que la historia y la morfología de una ciudad siempre saben contar. El crecimiento extra-muros de la ciudad de Porto, por su turno, es muy menos preciso en el tiempo y en el espacio, conociendo, al largo de su proceso, fases de desarrollo ordenado y otras de crecimiento espontaneo. Des de ese punto de vista es muy distinto de Barcelona pues se trata de una sucesión de planos de mejora y reordenación que intentan encontrar una lógica y dar cualidad a un tejido urbano que siguió creciendo y no de la creación de una trozo de ciudad ordenado a priori.
Si puede decir que el primero plano de intervención urbana en la ciudad es de la responsabilidad de un militar enviado a Porto para controlar un motín popular (João de Almada e Melo) y que tuvo como modelo la reconstrucción de Lisboa después del terremoto de 1755. No se puede hablar de un plano, mejor de una intención general (modernizar la estructura interna de la ciudad y la conexión con la zona riberana y ordenar el crecimiento periférico) materializada en pequeños planos específicos (abertura, prolongamiento o rectificación de nuevas calles de salida de la ciudad vieja – Cedofeita, Santo Ildefonso, Santa Catarina, Almada –, de nuevas plazas y de nuevos edificios públicos). Se crió también la Junta das Obras Públicas que fue responsable por el crecimiento de la ciudad entre 1758 y 1820 (fecha de la revolución liberal).
La primera mitad del siglo XIX fue marcada por la guerra civil y sólo en 1865 (fecha de la Exposición Universal en Porto) se conoce un plano rigoroso de la ciudad, hecho por Perry Vidal (a partir de uno otro de 1844) y donde se puede ver ya el Palacio da Bolsa (denotando la importancia de la asociación comercial de la ciudad), el Palacio de Cristal (hecho para la exposición universal), el local de ubicación de la nueva aduana y el Ponte Pênsil. No obstante, la ciudad sigue creciendo y sólo en 1881 nace el Plano de Mejora de la Ciudad de Porto que identifica los principales problemas de la ciudad y fija cuatro campos de trabajo (abertura y reforma de calles, nuevos mercados, red de saneamiento y mejora de la red de fornecimiento de aguas, reorganización de los sistemas de limpieza y combate a incendios), este Plano (solamente escrito) seria complementado por la Carta Topográfica de la ciudad (terminada en 1892 y que por primera vez abarcaba todo el territorio administrativo de la ciudad, urbanizado o no) tornándose el primero instrumento de planeamiento verdaderamente abarcador de la ciudad.