Gracia siempre ha sido un barrio especial para mi, desde pequeña siempre he correteado por sus calles y he podido vivir en primera persona como ha ido cambiando. A lo largo de los años ha mantenido un espíritu de pueblo adyacente a Barcelona, como lo era históricamente, lleno de callejuelas y placitas a las cuales los ciudadanos de Barcelona se han ido mudando poco a poco. Es una zona que goza de la bonanza de vivir en una gran urbe como Barcelona y, a la vez, te permite disfrutar de los privilegios de sentirte como en mitad de un pueblo. Ese es el verdadero encanto de Gracia.
Antiguamente, cuando Barcelona todavía no atesoraba tal cantidad de turistas y europeos residentes. El barrio era más auténtico que actualmente, tan elitizado con la gran oferta comercial, gastronómica y urbana, que en la época pre JJOO no tenía.
