dissabte, 11 de juny del 2011

Rehabilitación urbana

Durante la explicación de la intervención llevada a cabo en la Gran Vía de Hospitalet, inmediatamente pensé en la imagen actual de Abandoibarra, la margen izquierda de la ría de Bilbao, como símil al proyecto presentado en la visita.
Durante años este área estuvo ocupada por el sector pesado de la industria metalúrgica bilbaína, motor económico de la ciudad hasta finales de la década de los 70. Contenedores apilados, grúas y grandes fábricas y astilleros generaban el skyline de la zona. A finales del año 1.997 se inauguraba el Museo Guggenheim de Bilbao de Frank Gehry. Este hecho sería el detonante de la mayor transformación urbanística que tendría lugar en la villa. Conocido ya popularmente como "el efecto Guggenheim", la construcción del museo dio paso a la edificación de numerosos edificios a lo largo de la ribera, todos ellos bajo la firma de reputados arquitectos: la torre Iberdrola de Cesar Pelli, el nuevo paraninfo de la UPV de Álvaro Siza, el Palacio Euskalduna diseñado por Federico Soriano, la biblioteca de la universidad de Deusto de Rafael Moneo, las torres de Arata Isozaki,etc. Además, paralelamente al desarrollo de esta nueva arquitectura icónica, aparecieron hoteles y viviendas de lujo en la zona.
Desde luego, es innegable el aspecto más positivo de toda esta intervención y es que, por fin, Bilbao dejaba de darle la espalda a la ría con la creación del paseo Uribitarte y amplias zonas verdes que sustituyen los viejos astilleros. Sin embargo, pese a que este cambio era necesario, cabe preguntarse si se ha llevado a cabo de la manera más adecuada, pensando en el ciudadano y en el uso que este hará de los nuevos espacios generados y no tanto desde la perspectiva tan atractiva para determinados sectores que supone albergar todos estos edificios estrella.