dissabte, 4 de juny del 2011

Collserola

La idea de ciudad densa y altamente humanizada (quizás mecanizada) que dispone, en su límite, de una reserva natural de grandes dimensiones para usufructo de sus habitantes esta en el imaginario de la mayoría como el prototipo de ciudad ideal. No obstante, esa idea abstracta no garantiza, per si, la calidad de una ciudad. Hay que conseguir conectar las dos partes de forma a conseguir un sistema cohesivo sin que, para eso, se desvirtúe sus calidades (las naturales principalmente, siempre más frágiles). Collserola me parece un bueno ejemplo de ese equilibrio entre la domesticidad de los recorridos dibujados, las fuentes, los monumentos y el respecto por su carácter y patrimonio naturales. Porto, por su turno, es una ciudad con una mancha urbana más imprecisa, de densidad variable, siendo más difícil definir su límite, natural o artificial. No obstante, en una de sus ciudades periféricas hay una admirable reserva natural que, por sus dimensiones, gana una importancia que ultrapasa ampliamente el ámbito local.
Las cordilleras de Santa Justa y Pias, separadas por el rio Ferreira constituyen el espacio verde más importante de la ciudad de Valongo y son consideradas el pulmón de la Área Metropolitana de Porto. Juntamente con las cordilleras de Castiçal, Flores y Banjas y los ríos Sousa y Mau totalizan 6000ha de zona verde (2500 inscritos en la Red Natura 2000 de la Unión Europea) y distan 10km del centro de la ciudad de Porto. Su patrimonio natural y cultural justificó un investimento del ayuntamiento de Valongo en la preservación de especies animales y vegetales, así como en la creación de recorridos de ocio y su conexión con la ciudad adyacente.
Uno de los investimentos más conocidos es la creación del Parque Paleozoico, aprovechando el hecho de esta zona haber estado bajo de agua durante ese período de la prehistoria y poseer vestigios foséis de alguna importancia. La aldea de Couce, en la margen derecha del río Ferreira y ahora en fase de restauro, atrae también la atención de los visitantes por el aspecto pintoresco de sus casas en esquisto y sus molinos de agua, así como el Fojo das Pombas, resultado de la extracción de oro durante la ocupación romana. Las cordilleras son también utilizadas para la práctica de deportes y el antiguo sanatorio para tuberculosos de Mont’Alto, abandonado en los años 70, es un local muy famoso pela práctica de paintball e por las historias de fantasmas que sobre él se cuentan.