dilluns, 9 de maig del 2011

carácter 5 estrellas

Barcelona, en parte por motivos históricos y en parte por el carácter de sus gentes, tiene la característica de que es una ciudad que alberga muchos pueblos dentro de sí. Así como en otras ciudades los pueblos anexionados a la ciudad acaban perdiendo en parte su carácter, en Barcelona ese carácter se conserva, se defiende y se potencia. Igual que vimos en Poble Sec o se encuentra en Gràcia, en Sants también se percibe ese carácter propio, tan cerca de Barcelona, y a su vez tan lejos. Pasear por las calles de estos “barrios” nada tiene que ver con hacerlo por otras zonas de Barcelona, en particular el Eixample o Ciutat Vella. Y no me refiero solo al carácter formal, sino al ambiente que se respira, totalmente diferente.

Seguramente uno de los privilegios de vivir en estas áreas, vivir como en un pueblo el medio de una gran urbe, es también un motivo de fuertes contrastes. Como comentaba Angel, uno de los más reseñables lo encontramos a la vuelta de la esquina, cuando nos encontramos con Sants Estació, un punto de conectividad europea justo al lado de todas esas asociaciones de vecinos.

En Vitoria, estos contrastes son impensables. A pesar de haber anexionado algunos pequeños pueblos (Ali-Gobeo, Errekaleor, Betoño, Armentia…) y estar a punto de anexionar algunos más (Abetxuko, Aretxabaleta…), el único contraste que permanece es el de la tipología edificatoria, el carácter propio de estos barrios-pueblos es más bien débil.

Personalmente, opino que estos contrastes son enriquecedores ya que, a fin de cuentas, nos describen una parte de la historia de la ciudad, y la hacen más rica que la monótona ciudad unipersonal.