dilluns, 16 de maig del 2011

Canapés

Al ver la maqueta de la actuación en la Plaza Europa, lo primero que pensé fue en canapés. Montaditos, pinchos en una tasca. Ahí aparecían, coloridos, rodeados de una base de despreciados edificios color beige. Presentados de manera viva, con colores y texturas variadas, para que te sugestionen y elijas uno. Señor, quiere probar un Tusquets? O prefiere un Ito? Coja coja, no se corte, por favor.
No es original decir que la Plaza Europa no te gusta, ni arriesgado afirmar que no fue una gran idea. Tantos años de esfuerzo por hacer de Hospitalet una población con personalidad propia, y cuando ya casi lo tenían le hacen una nueva. Una de cartón piedra, diseñada en lo que ya se puede llamar como otra época: la del pelotazo, la de vender immuebles a lo loco. ¿Por qué edificios tan altos? ¿Por qué tan poca densidad? ¿Por qué hay esqueletos de dinosaurio en cada rotonda? La respuesta, muy seguramente, esté en algún informe que tenga muchas cifras, porcentajes y símbolos de euro.
Es una lástima que, en una operación tan trascendente para Hospitalet y el continuo metropolitano como es la urbanización de la Gran Vía, se haya optado por algo tan "Dubai", tan desestructurado, tan extensivo. En lugar de crear un nuevo centro urbano, han creado una nueva periferia. No lo puedo entender, lo siento.
Lógicamente, y por suerte, nada de eso ha ocurrido en Vilafranca. Comentaré, por tener algún punto en común, la urbanización de lo que fue la barrera más importante del pueblo: la vía del tren, que cruzaba y partía el municipio en dos y que se soterró aprovechando el paso del AVE paralela a dicha vía. Es, como con la Gran Vía en L'H, una gran oportunidad para dar al pueblo un nuevo enfoque, con miles de metros disponibles en zonas clave. ¿Y qué se hizo? pues... nada. las obras de soterramiento y cubrición de las vías se hicieron deficitariamente, aparecieron grietas en los edificios adyacentes, cosa que ha acabado en pleito legal entre administraciones y que paró la urbanización de la losa de la vía. A todo esto llegó la crisis, y se llevó el dinero previsto para lo que había previsto (un parque lineal, por cierto). Quizá no haya salido tan mal como parece. Quizá tras la crisis haya mejores ideas, más alejadas del beneficio y los simbolitos del euro. De momento esperamos, que es gratis.