diumenge, 6 de març del 2011
Estrategias
Tres días antes de la inauguración de la Exposición Universal de Barcelona, el 17 de mayo de 1929 se inaugura a las afueras de Zaragoza el parque Primo de Rivera, hoy llamado de José Antonio Labordeta.
Compararlo con el Monte de los Judíos no hace sino demostrar las carencias del parque zaragozano frente a uno de los símbolos de la ciutat condal; enclave estratégico para su defensa, en otras épocas lugar para la vergüenza, necesario materialmente y siempre engalanado para celebrar acontecimientos a lo largo de la historia. El parque Grande acaba integrándose en el tejido urbano con el progresivo crecimiento de la ciudad, pero carente de equipamientos y actividades que fomenten su uso cede el testigo a la periferia, quedando rodeado de la ciudad universitaria, el Hospital Miguel Servet y el Estadio de la Romareda. Cambio en la estrategia, definición de un espacio verde que espera la llegada del domingo para salir de su letargo. ¿Voluntad de actuación?