A pesar de todas sus funciones a lo largo de la historia, comenzando por el rechazo y acabando por la admiración, Montjuïc es, en mi opinión, una distracción necesaria dentro del ajetreo de Barcelona. Además de importantes edificios culturales y grandes instalaciones deportivas, es más un pulmón verde ideal para descansar y pasear. Una de sus principales virtudes es su situación elevada que ofrece muy buenas vistas tanto de la ciudad de Barcelona como del mar, y uno de sus principales defectos puede ser la mala comunicación con el centro de la ciudad debido a su pasado histórico.
Uno de los pulmones verdes de Madrid es La Casa de Campo (el mayor parque público del municipio) que coincide con Montjuïc en las instalaciones lúdicas, deportivas y culturales que tiene, tales como: recintos feriales, pabellones multiusos, parque de atracciones, zoológico, etc. Este parque surge debido a la proximidad con la ciudad, el Palacio Real y el río Manzanares, y es también una vía de escape para descansar, pasear o realizar diversas actividades.