A pesar de que el barrio de Sudoest-Besòs fuese construido para acoger la masiva oleada de inmigrantes, y que inicialmente careciera de todo tipo de equipamientos y servicios, creo que la ordenación de los edificios y los espacios públicos ha ayudado a que, a comparación de Torre Baró, estas carencias desaparecieran paulatinamente.
Visitando el barrio no tuve la sensación de que fuese un proyecto concebido para alojar a una gran masa de gente, como si se tratase de un hormiguero, como es el caso de los bloques de La Mina; sino que el proyecto intercala edificación en altura con elementos de planta baja más uno, dándole al lugar un ambiente más aliviado. Además la colocación de los edificios ayuda a generar espacios intersticiales que con el tiempo, a través de actuaciones posteriores, han dado un resultado bastante positivo, añadiendo que el barrio mejoró su situación en cuanto a equipamientos y servicios, gracias a la reivindicación vecinal y que el proyecto urbanístico permitiera sin ningún problema ciertos cambios.
Creo que la gran diferencia con Torre Baró está en que Sudoest-Besòs tiene bastantes más posibilidades de mejorar con el tiempo, con mucho menos esfuerzo, puesto que el proyecto originario está bien ideado. A esto le tenemos que añadir la proximidad a una zona que está en auge y que probablemente de aquí a unos años haga que este barrio mejore indirectamente.
