dilluns, 30 de maig del 2011

02/15_Ciutat Vella

Al igual que sucede en Barcelona, el tejido de la ciudad de Moscú también presenta huellas de las sucesivas barreras o cercos que la contenían y que ha logrado sobrepasar. Cinco en total son los trazos que, a modo de los anillos de los árboles, nos informan sobre el paulatino crecimiento de la cuidad.

El primero es la muralla de la ciudad antigua (el Kremlin) que perdió su significado defensivo y se demolió, en su gran parte, trazando, en su lugar, bulevares, o paseos peatonales.

El trazado del segundo anillo, también se corresponde al de un antiguo muro fortificado y que, a su vez, perdió su sentido defensivo y fue reemplazado por una amplia avenida parcialmente cubierta por jardines.

El tercer, cuarto y quinto anillo corresponden a las sucesivas vías de circunvalación que rodeaban la cuidad y que aumentaban en número, a medida que ésta crecía.