De la visita a la Plaza Europa queda la
imagen del director del Consorci de la Gran Via encima de su maqueta,
señalando torres coloreadas en miniatura.
Queda también la difícil
llegada al edificio del Consorci, que ya lo dice todo sobre el
espacio urbano que se ha creado allí: las distancias son enormes,
los edificios, las calles, todo está completamente fuera de la
escala humana.
El soterramiento de la Gran Via es seguramente un buen
punto de partida. Pero la “plaza” que se ha construido encima
mucho de una plaza no tiene.
Es curioso que cueste tanto distinguir
los edificios de viviendas entre todas las torres. Es posible que
tengan el mismo aspecto que las torres de oficinas? No deberían.
Otro aspecto interesante, que también
se notó en la visita a la incineradora, es la manera muy parcial,
enaltecedora de los responsables de explicarnos estos proyectos. Hablando como si aún los tuvieran que vender, como si explicar y tener que justificar estas grandes operaciones urbanas para
ellos se haya convertido en lo mismo, igual que torres de oficinas y
torres de viviendas.