dimarts, 5 d’abril del 2011

Supervivientes

La historia del Poble Sec esta a caballo entre la represión militar, la industria marítima y la farandula. La evolución del teatro de "El Molino" es una buena manera de tomarle la temperatura al barrio.

La historia del teatro más emblemático de Barcelona comienza cuando en 1899 abrió sus puerta por primera comenzando a hac

erse un hueco en el mundo del espectáculo. En 1908 cambió de nombre pasandose a llamar "Le petit moulin rouge" como copia del famoso cabaret parisino por la similitud de los espectáculos que ofrecía. Nació a la par que el barrio del Poble Sec.

En 1910 el teatro sufrió unas reformas dandole el aspecto modernista de la época, muy al gusto de la burguesía catalana.

En 1929, año en que en Barcelona se celebra la Exposición Universal, el teatro remodeló su fachada y es cuando se le acoplan los elementos del molino y sus aspas. El barrio se "lavó" la cara para el evento.

En 1936 volvió a cambiar su nombre por el de “Moulin Rouge” que se mantuvo hasta el final de la Guerra Civil. En 1939 con la dictadura de Franco se obligó a castellanizar los nombres y quitar la palabra “rojo” por sus connotaciones políticas, y es así que queda definitivamente como “El Molino”. Los bombardeos durante la Guerra Civil se cebaron especialmente con el barrio ya que era el punto de abastecimiento energético de la ciudad.

El Molino estuvo abierto hasta 1997 y siempre fiel a la filosofía de espectáculos de Cabaret y variedades. La crisis de aquellos años afectó a varios teatros del Paral·lel, el cambio en la forma de ocio del público y las pocas ayudas que recibía hicieron que sus aspas se pararan. El esplendor del barrio y en especial del Paral.lel se desvanece. Actualmente el teatro ha sido remodelado y ha reabierto sus puertas. De la misma manera, el barrio está sufriendo varias mejoras urbanas y de peatonalización. Ambos deben de adaptarse a los tiempos que les toca vivir y lo hacen con convicción. Son unos supervivientes.