México fue seleccionado para poner en práctica el proceso de tratamiento de residuos sólidos cuyo objetivo es poder reutilizar el 97.5% de la basura, incluidas las bolsas de plástico, para detener la generación de gases de efecto invernadero (proceso que es muy parecido al explicado en la incineradora de Barcelona Forum).
Antes de saber el por qué México había corrido con tal “suerte”, pensé lo afortunados que somos por usar la misma tecnología que en un país europeo, pero más bien, sería en lo desgraciado del asunto porque eso sólo indica que hay una lucha a nivel mundial fuerte con mejoras muy mínimas.
Cuando hicimos la visita a la incineradora, me asombré al ver las cantidades de basura, y las gráficas de contaminantes que resultaban del proceso de incineración, porque eso precisamente, es lo que nos rodea a diario y ya no lo notamos por lo acostumbrados que estamos a ello. Pero entonces, ¿no nos importa vivir rodeados de químicos tóxicos? ¿de materiales que tardarán millones de años en descomponerse? ¿necesitamos más tragedias naturales para actuar?
Parece que las contribuciones por parte de la tecnología y las compañías tratadoras de basura nos ayudarán un poco a mejorar los efectos de la contaminación. ¿Pero hasta cuando planeamos hacer algo en comunidad para agilizar el proceso? ¿De qué manera podemos contribuir a nivel individual y a nivel comunidad?
Es fácil quejarnos, y es fácil opinar, pero creo que así como debe de haber fábricas tratadores de basura, también debe de haber maestros que enseñen cómo generar poca basura. Creo que parte de la población no lo hace porque tampoco sabe cómo hacerlo. Creo que, si generar lo mínimo de basura por vivienda, fuera algo totalmente obligatorio, sería posible conseguir una mejora. De lo contrario seguiremos con “las ganas” de limpiar nuestro entorno.
