Estos sentimientos enfrentados entre una ciudad y un monte también podríamos también encontrarlos, por diferente motivo en el Olympiapark de Munich, presidido por un monte magnífico para ir a pasear, hacer picnics, tomar el sol o simplemente observar las espectaculares vistas que desde allí se tienen sobre el complejo olímpico del 72 o el resto de la ciudad. Lo que no todo el mundo sabe es que este monte no existió siempre, pues fue el resultado del almacenaje de los escombros de la ciudad tras la Segunda Guerra Mundial. Sin duda los habitantes de Munich también deben mirar a su monte con cierto respeto.