Como vimos en Torre Baró, Barcelona tuvo su época de expansión demográfica en los años 60 y 70 del siglo pasado principalmente, en donde surgió la necesidad de crear nuevos barrios residenciales que acogieran a toda esa población inmigrante que venía del resto de España.
En Zaragoza, ocurrió algo similar en esa época en donde la ciudad pasa a tener, entre los años 60 y 80, de 300000 a 550000 habitantes. Toda esta nueva población inmigrante ha de situarse en uno de los tantos barrios dormitorios que surgen en esa época. Algunos de ellos son Delicias, San José, Las fuentes, La jota, Picarral, Oliver, Valdefierro, Torrero... todos ellos barrios obreros que se concibieron como barrios de interés para la ciudad de vivienda social dado que se pensaron como los nuevos prototipos de vivienda digna para la población con todos los avances de saneamiento y salubridad que exigían los cánones de la época.
Con el paso de los años, surgieron los primeros inconvenientes con todos estos barrios puesto que faltaban equipamientos públicos que hicieran de ellos barrios como tal y no solo residencias dormitorio. Ello ocasionó que en los años 90 estos barrios perdieran el interés por parte de los zaragozanos que buscaban nuevos barrios donde asentarse, animados por la economía boyante de la ciudad.
Actualmente, desde la entrada del nuevo siglo todos estos barrios se han visto inmersos en planes de revitalización y modernización que han permitido equiparlos con las ventajas y necesidades de la actualidad haciendo de ellos barrios normales y no degradados.