La montaña del Montjuic representa un grande tesoro por Barcelona, pero también una persecución.
La historia es causa de la difícil relación entre la montaña y la población siempre vista como leja, difícilmente accesible y símbolo de la dominación extranjera.
La presencia del poder de Madrid en el castillo se tradujo en un desafío de la ciudad con respecto de la montaña; solo gracias a l' Exposición Internacional de 1929, los Juegos Olímpicos de 1992 y los centres culturales como Fundación Miro y Jardín Botánico , la ciudad siente ahora una conexión atractiva con la montaña.
Creo que convirtiendo el castillo en un lugar cultural o un centre de ocio al servicio de la población ya se podría valorizar la zona más alta del Montjuic desde donde se puede abrazar con la mirada toda Barcelona.
Ferrara se plantea en total llanura , rodeada solo de niebla y infinitos campos agrícolas, no tiene la fortuna de poder mirar la ciudad desde l 'altura de un monte.
A diferencia de el castillo del Montjuic, el Castello Estense de Ferrara es el símbolo de la ciudad, las diferentes expansiones urbanísticas siempre han mantenido el castillo en el centre del casco antiguo y todavía es el lugar donde la población refleja la propia historia e tradición, así que en el 1995 fue inscrito en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad por l'Unesco.
La fiesta mayor de Ferrara así como el fin de ano tienen lugar adentro del castillo para marcar la unión entre la gente y el monumento que aún domina la ciudad.