El otro día pudimos realizar una visita al que se considera, con permiso de Collserola, el pulmón verde de la ciudad de Barcelona. Esta montaña como vimos ha vivido por y para la ciudad, puesto que de ella se han obtenido a lo largo de la historia la mayoría de los materiales que hoy admiramos en edificios emblemáticos. A la vez, ha servido como espacio de colonización por parte del hombre como lugar donde realizar eventos y donde poder evadirse de la gran urbe.
En Zaragoza no hay una montaña que haya servido para tantos fines como Montjuïc, aunque si que tenemos nuestro parque-monte José Antonio Labordeta que ha sido siempre el parque más grande e importante de la ciudad hasta la creación del parque Luis Buñuel en 2008. Siempre se han utilizado también para la celebración de eventos importantes para la ciudad y como lugar de evasión de la población.