Alguien ajeno a la arquitectura me preguntó hasta qué punto la arquitectura o el urbanismo tienen el poder de conformar la estructura social de un barrio.
En la visita se nos comentaba que aunque a nivel de planeamiento se hizo un gran esfuerzo por situar equipamientos y diferentes tipologías de vivienda, a la hora de materializarlo, todas las viviendas se hicieron de una calidad constructiva y unas condiciones de habitabilidad bastante escasas. El argumento era que teniendo en cuenta las anteriores viviendas de sus habitantes, aquello era una gran mejora. Aquel barrio sólo era una opción para la gente cuyo única alternativa era el barraquismo, convirtiéndolo en un gueto con una sola clase social.
Habría que preguntarse si el polígono del Besòs, con un planeamiento similar pero con una calidad mayor hubiera tenido una evolución diferente o si el problema de base es la existencia de polígonos de viviendas y éstos nunca tienen la capacidad de llegar a integrarse completamente en la ciudad, y si es así, por qué siguen proliferándose en las afueras de nuestras ciudades.