La zona de Torre Baró y Ciutat Meridiana surgió de la necesidad de construir nuevas viviendas de forma rápida para poder acoger la creciente inmigración de la ciudad, que acudía a ella a causa de las nuevas oportunidades que esta ofrecía. Existen más zonas de la ciudad en las que se produce este fenómeno.
Hasta los años 30 la zona del Carmel era una zona de casas con huertos, pero con la llegada de nuevos inmigrantes la fisonomía del barrio cambia completamente, se va llenando de barracas y casas de autoconstrucción sin permiso municipal. Poco a poco se va imponiendo un paisaje de bloques de pisos construidos sin criterios urbanísticos. Se sitúan casas en calles sin asfaltar, con demasiada pendiente y mal comunicadas con el resto de la ciudad. Por si esto fuera poco la zona carece completamente de cualquier tipo de equipamiento y la gente que inicialmente vivian allí se trasladan a mejores zonas y pasan a habitar el barrio inmigrantes procedentes de otros países con pocos medios, creandose así una zona de carácter aislado.
Con el paso del tiempo, zonas como El Carmel, Torre Baró o Ciutat Meridiana ponen en marcha un proceso de inversión y mejora de la zona, pretenden erradicar el barranquismo y dignificar la zona. Se produce la urbanización generalizada de la zona, mejoras en la accesibilidad, implantación de nuevos equipamientos... todo ello intentando mejorar la calidad de vida de sus vecinos.