Yo estoy a estudiar en la ciudad de Porto, pero mi tierra nativa es la Isla de Madeira, más correctamente de la ciudad de Funchal, la capital del archipiélago.
Este post es un poco deprimente, pero se prepone demonstrar que la frontera de los factores negativos y positivos entre los espacios naturales al lado de las ciudades es muy sensible, y todo depende del modo como o Homem ocupa o respecta esse territorio.
Funchal es un anfiteatro natural de grandes dimensiones, donde la calidad de emplazamiento de los edifícios, en el crecimiento centrifugo de la ciudad, es muy grande, pues en cualquier punto la vista sobre la ciudad y sobre el mar es posible y privilegiado. Este factor y la relación con las montañas permitió dar a la Ciudad de Funchal una uniformidad visual y urbanística pero también una uniformidad social, de tal manera que es casi imposible identificar una frontera entre ciudad y periferia, pues la periferia no existe en su sentido negativo, de separación social.
Probablemente, si la ciudad de Funchal fuera una ciudad más llana, o si las montañas crearon diferencias más grandes en la calidad de los lugares de emplazamiento, Funchal tendría diferencias sociales muy más grandes, separados por barrios o áreas.
Funchal fue una ciudad de suerte por mucho tiempo, pues lo Urbanismo sacó ventaja de las calidades geográficas para decidir problemas de crecimiento de la ciudad y de problemas sociales, pero lo crecimiento de la ciudad nunca estaba projectado, pues los problemas se resolvieron al mismo tiempo que las construciones se hicieron.
En el dia 20 de Febrero de 2010, la suerte de Funchal se modificó, y la carência del planeamiento de la ciudad, principalemente en la ocupación de la montaña y de los canales de las Rieras, han hecho la relación de la ciudad con la montaña en una cosa negativa.
El Hombre ha ocupado Montañas y Valles, contruyó sobre lugares muy frágiles de la Montaña e en las camas de las corrientes de las Rieras, y lo resultado después de mucha lluvia fue un difícil drenaje de aguas, originando la obstrución de los principales canales, procovando una catástrofe.